lunes, 28 de noviembre de 2016

La delincuencia y los crímenes en el Perú

El cuerpo humano convive con un porcentaje de virus, bacterias y otros microorganismos considerados nocivos que sin embargo no impiden que funcione con normalidad. En nuestras sociedades existe, análogamente, un porcentaje de malos elementos que no impiden que se desarrolle con cierta normalidad, aunque manteniendo alertas a los cuerpos de seguridad y a la ciudadanía en general.

Imagen microscópica de un virus
(Fuente: wikimedia.org)

La criminalidad aumentó en el Perú

En los últimos tiempos, sin embargo, ese porcentaje ha aumentando en porcentajes alarmantes, superando los límites permisibles y constituyendo, por ende, uno de los mayores problemas sociales al que hay que destinar ingentes recursos económicos, humanos y logísticos.

Ollanta y su nula política contra la criminalidad


Una de las bazas electorales del ex presidente Ollanta Humala Taso en la campaña electoral de 2011, fue que atacaría eficazmente la creciente inseguridad ciudadana dada su condición y formación militar. Tras finalizar su gobierno, no obstante, la delincuencia, la criminalidad y la corrupción son acaso peor que antes del inicio de su gestión en julio de 2011.

La inseguridad ciudadana parece no importar a los políticos

Pareciera, de hecho, que a los políticos peruanos no les importara el problema, lo cual queda patente con la casi indiferencia de la mayoría de congresistas ante esta problemática que no para de aumentar los últimos años. ¿Qué más tiene que ocurrir para que legislen a fin de impedir, entre otras cosas, que casi el noventa por ciento de los detenidos acusados por dichos delitos sean al final puestos en libertad?

La delincuencia y las instituciones que la apoyan

Muchos somos además testigos de la aparente especie de complicidad de muchos miembros de la Policía Nacional, el Poder Judicial o el Ministerio Público. En Iquitos por ejemplo se ha dado muchas veces el caso de que cuando a alguien le roban su vehículo (moto o motokar, fundamentalmente), denuncia el hecho en la comisaría y luego recibe “casualmente” la llamada telefónica de alguien instándole al pago de una importante suma de dinero como condición para recuperarlo.

La delincuencia aumenta en el Perú
(Imagen de Perú.com).

Ésta y otras situaciones desde el lado institucional y político, junto a innumerables actitudes similares, no hacen más que agravar el problema.

El derecho de piso para ser candidato

Y en la misma línea está también la especie de derecho de piso o cupo que pagan incontables ciudadanos que pretenden acceder a una candidatura a regidor, congresista, alcalde o gobernador regional; se comenta que alguno de ellos pagó la pasada campaña electoral de 2016 entre 500 mil y un millón de soles para ser considerado como candidato al Congreso por Loreto, sin que al final haya sido considerado en la lista oficial.

El mal ejemplo viene desde arriba

Lo que al tiempo de tergiversar la esencia del término democracia, en la medida que quienes pagan son los que llegan al poder, no aquellos con seguramente verdadera vocación de servicio en la línea de lo que significa realmente hacer política; genera un mal ejemplo que contradice el clima de ejemplaridad que debe partir de las instituciones sociales y gubernamentales.

Unidad e integridad ante la delincuencia y la inseguridad

Por lo que, el problema menguará cuando desde los entes encargados de combatirlo, exista una firme convicción de hacerlo siguiendo los procesos legales establecidos y el personal sea el más idóneo y no sólo un mero eslabón de esta especie de cadena que, lamentablemente de momento, no tiene visos de romperse. 

Y la ciudadanía en general se convenza de que solo actuando con responsabilidad e integridad, no será una parte más de dicha cadena de la que muchas veces sin saberlo o quererlo, funge de mero integrante más dada nuestra condición de ser social.

domingo, 21 de agosto de 2016

La corrupción y otros crímenes de lesa humanidad

Los cometidos contra personas en forma directa a través de algún tipo de armas o en atentados generalmente terroristas o por decisión de un tirano, suelen captar la atención de las sociedades en general y de la prensa y la judicatura en particular, mientras se cometen otros de sutiles formas sin que ello evite sus efectos en la sociedad.


Las obras de infraestructura y la corrupción

Me refiero a las corruptelas que acompañan generalmente a las obras de infraestructura, las cuales, por llenar los bolsillos de los funcionarios públicos encargados de su convocatoria y adjudicación (con el famoso 10%), terminan con sus presupuestos infravalorados y/o reduciendo los fondos a emplearse en su construcción y, así, no se concluyen en los plazos establecidos y, si ello ocurre, no de forma adecuada o completa.

Y están también las supuestas "grandes obras" que encubren mayormente negociados entre amiguetes (adjudicatarios estatales y constructores), sin incidencia importante en la sociedad para la que se supone deben ir siempre dirigidas, o sin que incluso sirvan finalmente para algo.

La corrupción es un problema mundial

Existen al respecto ejemplos en todo el mundo. En España está el caso del Aeropuerto de Castellón, el cual tras inaugurarse en marzo del 2011 empezó recién a operar en septiembre de 2015, después de considerarse una especie de "símbolo internacional del derroche que caracterizó el desarrollo de la crisis española" entre los años 2008 y 2016, según glosa Wikipedia.

Obras sin utilidad pública

En el Perú tenemos incontables obras sin utilidad práctica que reflejan la mediocridad de las autoridades responsables de sus ejecución, entre ellos los tristemente célebres monumentos al cuy, a Papá Noel, a la muela o al árbitro, el corazón de un alcalde de un distrito limeño erigido en la plaza ubicada al frente de la casa de su novia de turno.

En el ámbito de la región de Loreto está a la vez la paralizada obra del alcantarillado de Caballo-cocha, entre otras, por falta de presupuesto y otras razones que lindan con la negligencia y la irresponsabilidad, incidiendo igualmente negativamente en la población.
Algunos tanques siguen sin 
utilizarse en Iquitos.

El agua potable sigue siendo escaso en Iquitos-Perú

En Iquitos, capital de la selva peruana, nos hemos ocupado -quizá en demasía- en criticar la caótica obra de mejoramiento del alcantarillado de la ciudad, mientras una que se empezó antes, la Ampliación y Mejoramiento del Sistema de Agua Potable por acción de la hoy criticada empresa brasileña Odebrecht, dadas sus evidenciadas corruptelas con gobiernos de varios países de América Latina, es tan igual o quizá más grave que aquella.

Por lo que el acceso al agua potable sigue siendo un problema sin resolver en Iquitos, al ser el servicio incluso peor que antes de las obras para en teoría mejorarlo, no obstante los millones de soles gastados en el levantamiento de la casi decena de tanques elevados de concreto en diversos puntos de la ciudad y la tubería cambiada a través de sus calles, junto a los demás gastos millonarios que implican este tipo de obras.
escazes de agua
La falta de agua potable es un crimen
si provoca enfermedades que causan 
la muerte (Fuente: Pixabay). 

Enfermedades y muertes asociadas a la carencia de agua

Por ello, que siguen siendo altos los índices de enfermedades provocadas por la carencia del líquido elemento, con todas las infecciones y muertes que ello implica en especialmente ancianos, niños y otros estratos vulnerables de la población. Mientras no se ha siquiera iniciado procesos de investigación al respecto, y si se inició alguno están seguramente paralizados por acción de los jueces y fiscales corruptos que pululan en la administración de justicia del Perú.

Poca confianza en la Contraloría y los entes de justicia

Ello seguramente es la explicación de que la ciudadanía no confié cada vez más en instituciones como la Contraloría General de la República, el Poder Judicial y la Fiscalía de la Nación, junto a los demás entes estatales que deberían velar por el cabal uso de los fondos públicos e investigar y castigar a los acusados de los delitos cometidos al respecto, cuando y como corresponda.

Algunos enlaces fueron eliminados a pedido de Blogger (27/03/2023).

viernes, 11 de marzo de 2016

La corrupción de la política peruana y las elecciones de 2016

Las elecciones generales serán el domingo 10 de abril pero los peruanos no acabamos de salir del dilema que implica no conocer a los candidatos presidenciales por los que optaremos finalmente en las urnas, dada la falta de diligencia responsabilidad y escasez de valores éticos que prima en algunos de ellos y al parecer hasta en miembros de los entes electorales encargados de dilucidar los asuntos concernientes a las tachas y demás cuestiones relativas a la inscripción completa y legal de los postulantes.

Sin embargo, más que cavilar en torno a los vaivenes administrativos y legales de esta contienda, quiero incidir en los crecientes niveles de corrupción política que campea en las instancias gubernamentales al ser una amenaza acaso mayor para el próximo gobierno que la latente recesión o crisis económica que amenaza al Perú, la región y al mundo, nuevamente.

La corrupción, ¿algo intrínseco a la política peruana?
Lamentablemente, los políticos peruanos terminan, en su gran mayoría, pareciéndose a quienes tanto critican cuando son candidatos. Pues ya en el ejercicio de la función pública actúan en la forma que se suponía nunca lo harían cegados y obnubilados, quizá, por el poder intrínseco a tales funciones políticas resultando, en consecuencia, muchos veces peor que los males que corregirían o evitarían.
Fujimori terminó superando a sus rivales políticos
Tenemos como ejemplos los casos del militar Nicolás de Bari Hermoza, Víctor Joy Way o de Alberto Fujimori, presos actualmente por los indecorosos actos cometidos en el ejercicio de sus funciones; y cabe recordar que el último fue elegido en las elecciones de 1990 como alternativa ante la ineficacia y la corrupción heredada del primer gobierno de Alan García, y ante la amenaza de continuidad política que implicaban Mario Vargas Llosa y el FREDEMO

Ollanta y Nadine, ¿en manos de Martín Belaúnde Lossio?

humala
El gobierno de Humala no es ajeno a la corrupción.
(Autor: Galería del Ministerio de Defensa de Perú).
Últimamente tenemos los casos de Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, ex amigos del capturado Martín Belaúnde Lossio, quien desde Bolivia adelantó ya la existencia de corruptelas en diversas dependencias del actual Gobierno, especialmente en el Ministerio de Vivienda. 

Y no sabemos cómo quedará la actual pareja presidencial cuando proporcione mayores detalles de los negocios, aparentemente camuflados, que MBL finiquitó también en diversos gobiernos regionales de todo el Perú, presumiblemente para beneficiarse económicamente junto a sus antiguos amigos y actuales inquilinos de la denominada casa de Pizarro.

Entendiendo 'la mayor estafa en la historia de Loreto'
En el ámbito de Loreto, muchos somos cada vez más conscientes de que algo tan grande no pudo haber ocurrido con la venia solo del ex mandamás de Gobierno Regional de Loreto (Gorel), pues los montos involucrados -de casi 800 millones de soles- hacen entrever la implicación de personajes acaso más poderosos interesados en el inicio de las obras del alcantarillado de Iquitos, catalogada por diversos entendidos como glosa el encabezamiento de este párrafo, por el mero hecho de beneficiarse económicamente pese a ser un proyecto que desde su planeación recibió alusiones respecto a su inviabilidad técnica, económica y social.
Diversos medios de comunicación se ocuparon ya del aporte de cientos de miles de soles a la última campaña del actual presidente Ollanta Humala, por parte de empresarios relacionados a una firma constructora que tuvo al final que ver con la empresa china encargada del proyecto del alcantarillado. Mientras que muchos somos crecientemente partícipes de conversaciones en las que está claro que fue en el segundo gobierno de Alan García en el que se dió el impulso necesario para que la mayor estafa en la historia de Loreto se concrete.

APRA y Fuerza Loretana: ¿aliados de la corrupción?

Ello puede explicar el por qué existe tanta dilación en los procesos judiciales contra las autoridades regionales encargadas de ejecutarlo y, además, la alianza electoral con miras a colocar en el Congreso de la República a Yván Vásquez Valera, no obstante tener algo que ver con la quiebra del CAFAE del Gorel (dos ex vicepresidentes regionales tienen también algo que decir al respecto), de recortar la pensión a los jubilados de la máxima instancia gubernativa regional desde octubre de 2014 hasta enero de 2016 (algo ya regularizado merced a una decisión judicial que la Administración regional actual respetó), y orquestar los mayores casos de corrupción de la región los últimos años.

jueves, 21 de enero de 2016

Elecciones generales de 2016. Los 19 candidatos a la presidencia del Perú

Logo de las elecciones de 2016 (Fuente: Onpe.pe)
El Perú ha crecido económicamente los últimos años, dado principalmente al buen precio de las materias primas que exporta (cobre, plomo, zinc, oro, gas natural, uvas, cacao, plátanos, espárragos, paltas, mangos, etc.), y por la responsable política económica que han sabido mantener sus gobernantes los últimos lustros (Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala).

La economía no crece como las personas e instituciones

Ello, sin embargo, sigue sin reflejarse en el nivel cultural y político de sus ciudadanos y, por ende, de sus instituciones a vista de la casi veintena de candidatos que aspiran disputarse la presidencia peruana en las elecciones del 10 de abril.

Pues, de acuerdo a la corriente del desarrollo humano propugnado las últimas décadas desde distintos entes de desarrollo global y el mundo académico, según la cual no hay progreso económico que valga si no implica a la vez mejoras sanitarias, educativas y culturales en la población, dicha prominencia de candidatos no es la norma en democracias de sociedades más desarrolladas.

¿La democracia seguirá siendo 'chicha' en el Perú?

Hace unas décadas se criticaba, en efecto, el hecho de que eran más de diez los candidatos que se disputaban la opción de dirigir el Perú, catalogando incluso dicha situación como propia de un país subdesarrollado. Hoy, un par de décadas después en que el país ha crecido económicamente por encima de la media de la región de América Latina de la que es parte, lo que ha permitido reducir el nivel de la pobreza en más de 30 puntos porcentuales, seguimos acaso peor que antes desde el punto de vista político, social y cultural.

Los 19 candidatos presidenciales inscritos en el JNE

Lourdes Flores Nano, candidata
vicepresidente por la Alianza
Popular (Imagen de Mario Falta).
Dado que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha confirmado la inscripción de 19 candidatos, dos de los cuales ex presidentes del Perú. Sin embargo, sólo una tercera parte de los cuales con opciones claras de algún protagonismo dados los antecedentes y a vista de las últimas encuestas electorales, mientras que a los demás solo les espera ser una especie de meros "candidatos rellenos", que más bien dispersan votos ciudadanos que podrían apoyar alguna candidatura idónea.

Viejas caras conocidas de la política peruana

Lo peor es que la mayoría son caras conocidas, especialmente dichos ex presidentes, uno de los cuales, Alan García Pérez, es ahora secundado por la abogada Lourdes Flores Nano, alguien a quien muchos quisimos ver elegida presidenta del Perú en alguna de las contiendas a las que ya se presentó, y que además ingresó a la política y creció en ella criticando los efectos del nefasto primer gobierno aprista, presidido por quien ahora acompaña como candidata a una vicepresidencia.

La corrupción parece impune en el Perú

Alan García, además, carga sobre sus espaldas la prescripción de innumerables delitos (violaciones a los derechos humanos -matanzas en los penales-, tráfico de armas, entre otras actos de corrupción) cometidos durante su primer mandato entre 1985-1990, y la conmutación de penas en cifras récors a sentenciados por narcotráfico, e igualmente otras corruptelas aún no aclaradas acontecidas en su segundo mandato entre el 2006-2011.

A Toledo y García les lastra la corrupción

Alejandro Toledo, por su parte, sueña con volver a gobernar, como si la coyuntura que le favoreció al finalizar los regímenes de Alberto Fujimori, se volviera nuevamente a configurar. Además, como el candidato de la Alianza Popular, Alan García, sigue sin quedar claro su papel en el controvertido caso Ecoteva. Y como añadidura no sabemos, aún, cómo terminará afectando a ambos el desenlace peruano del mayor caso de corrupción de los últimos años en América del Sur: el caso Lava Jato.

Los electores peruanos ante unas elecciones 2016 trascendentales

Veremos como votarán los peruanos en estas elecciones presidenciales de la que saldrá el gobernante que guiará al Perú en un momento de declive económico nacional, regional y global. Momento, por tanto, idóneo para un gobernante preparado y con experiencia en momentos algo críticos; no para aquellos que podrían replicar lo ya vivido por el país las últimas décadas: demagogia, improvisación, corrupción e irresponsabilidad.

De esta manera, podrá el Perú demostrar si llega a la conmemoración de su Bicentenario de la Independencia de España encaminado al progreso solidario entre sus conciudadanos, o repitiendo la ineficacia de distintos gobiernos democráticos y dictatoriales que lo han gestionado desde el 28 de julio del año 1821.

Tributación y desarrollo en el Perú